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EMOCIONALMENTE "GOURMET"

  • Foto del escritor: Mónica Cué
    Mónica Cué
  • 5 mar
  • 4 Min. de lectura

Desde pequeñas nos han vendido la idea del príncipe azul que viene a elegirte en su corcel y así vivieron felices para siempre, pero vamos a ver… que la realidad es que ni príncipes, ni corceles, tampoco necesariamente es para siempre, ni así pretendes ser la elegida ¡Todo mal! 


Cuánto daño ha hecho esa narrativa de fantasía romántica de cuento, porque es cierto que todas queremos amar y ser amadas, pero no necesariamente rescatadas ¡Reinventemos entonces el romanticismo! Porque no puede ser el condicionamiento social que se ha creado alrededor de esto. Resulta que no importa qué tan buena seas en lo que haces, qué tan bien resuelta tengas tu vida o con cuántas herramientas emocionales cargues, no parece ser importante que seas autónoma, autosuficiente e inteligente mental y emocionalmente, parece que el fin último de la vida es tener pareja sin detenerse en el control de calidad, ¡Uppps…! Pequeño gran detalle que no es posible obviar si se pretende tener una relación compatible y de conexión profunda. 


Entonces… ¿Qué buscas? Me queda claro que la respuesta para cada quien será diferente y también habrá quien siga esperando que la rescate su príncipe encantador o se amarre con el primero que llega con tal de no estar sola, pero centrémonos. Los tiempos han cambiado, la expectativa es muy grande, la exigencia y la presión social van en aumento, pero todo esto no es ni para mejor ni peor, simplemente amplía el criterio, hay muchas más perspectivas y no se puede tomar a la ligera porque elegir pareja con todo lo que esto implica no es cualquier cosa si se toma con la seriedad debida. 


A lo que voy es que hoy tenemos mucho más conocimiento personal, hoy contamos con recursos emocionales que antes ni siquiera estaban en el radar y entonces cuando tu estas con enfoque adecuado trabajando en ti y te colocas por arriba el promedio, por supuesto que las opciones de tener compatibilidad con alguien, por principio serán menores. Y digo estar sobre la media, pero no me refiero solamente a estarlo intelectual o profesionalmente, sino que si estás haciendo algo por gestionar tu vida utilizando mejores herramientas, si estás adoptando mejores hábitos y criterios de crecimiento personal para estar bien, resolverte, sanar y fortalecer tu entorno, así como tu inteligencia emocional; entonces claramente estás sobre el promedio en muchísimos aspectos y las posibilidades para encontrar compatibilidad con la calidad que buscas serán menores, pero también serán entonces las que quieres explorar ¡Qué gran filtro! ¿No?


El caso es que cuando estás ahí… metafóricamente ¡Te volviste gourmet! Sabemos que ser y tener gourmet no es para todo mundo, del gusto de todos, ni para todos accesible; por supuesto no eres opción para muchos que buscan el menú corrido del día, esos sin duda pueden ser del gusto de muchos, apuestan por lo popular de los sabores comunes y por estar al alcance de todos, pero sin duda no de alguien como tú. Ahora, no es mejor ni peor, porque la exclusividad de ser gourmet también tiene su costo, serán menos los que lleguen y a los que les guste, pero ahí no se hacen descuentos.


Elegiste tus ingredientes de la mejor calidad para sacar lo mejor de ellos, sabes lo que cuesta y lo que hiciste por educar ese paladar, aprecias lo que hace quien te lo ofrece y no porque deje de ser del gusto de todo el mundo, lleguen los críticos, parezca inalcanzable para algunos o sea más exclusivo significa que por ello tienes que bajar el precio del menú ¡Hay para todos los gustos! Ahora… la clave para prosperar y encontrar tu público es que estés consciente de lo que vales y que primero seas tú quien se ofrece lo que pides, háblate como esperas que te hablen, mírate como quieres ser vista, admírate por lo que tú misma percibes y empieza por tener en cuenta que no puedes esperar de nadie lo que tú misma no te ofreces ¡Ahí radica tu valor! Y una vez descubierto… trasmite tu valor sin descuento, que quede claro lo que se ofrece y se espera de lo gourmet y que no pides más de lo que estás en capacidad de ofrecer ¡No se baja la calidad, tampoco se negocia el precio! 


Entonces, que nadie te regatee, pero si aléjate de la soberbia y deja espacio para el autoanálisis, porque muchas veces clavadas en el “yo valgo” no estamos abiertas a mirar la periferia, a la autocrítica objetiva, o reconocer que siempre va a haber áreas de oportunidad a seguir trabajando y así entonces perfilarte con cierta flexibilidad y apertura porque si no… ¡Te la pegas! 


Busca la misma calidad que ofreces aunque no siempre sea lo más popular, elige bien tus ingredientes y busca los que combinen bien, trabaja con ellos para potenciarlos porque platillos populares o sabores comunes sobran y esos empatan con cualquier cosa, pero vale la pena seguirte puliendo, seguir trabajando en tí y en una de esas te topas con otro “gourmet” resuelto, de calidad, que también conozca su valor e igual que tú, ofrezca no menos de lo que pide.

Ese será el mejor maridaje, ¡Ahí es!


Registro de Propiedad Intelectual ©Mónica Cué

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D.R. © Mónica Cué

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