Por Mónica Cué
Todos en algún momento de nuestra vida hemos sido víctimas de un casi algo.
Pero… ¿Qué es un casi algo? Yo lo definiría como una historia que se desarrolla sin estructura; que tiene narrativa, pero no orden ni línea, que queda abierta a interpretaciones, pero sin claro desenlace.
Un casi algo siempre involucra sentimientos, resulta ser un cuento al que le pones tantas ganas y que invariablemente te duele porque algo esperas, pero te quedas con un imposible pendiente… Ahora, seguramente es casi algo porque una parte está dispuesta y espera, cuando la otra lo que tiene es inseguridad, miedo o falta de voluntad por definirlo.
Un casi algo, es de cierta forma un amor no correspondido, rodeado de pretextos y escudado en el despiste que puede convertirse en el amor imposible para aquel que lo espera o muchas veces para ambas partes. A veces, resulta tan evidente que los mensajes no se están sabiendo interpretar por ambos lados que no hay forma.
Ahora… La línea es bien delgada porque entonces ¿Dónde está la frontera entre el casi algo y el amigo con derechos? Yo creo que en los amigos con derechos siempre hay uno que se acaba enamorando y entonces para él la definición cambia a casi algo, pero... ¿Y el otro lo ve así?
La vida no se vive de esperanza y resulta insostenible el desequilibrio de la cuerda que estira y se afloja. Muchas veces se termina siendo marioneta de la propia vida esperando lo que no se ve tan nítido. Y es que hemos romantizado la idea del amor imposible, pero deja de ser romance cuando por la incertidumbre se aterriza en la realidad, el problema es que queremos lo que no tenemos, pedimos lo que no están dispuestos a darnos y ofrecemos lo que tampoco se quiere aceptar de vuelta.
En realidad, donde habría que poner ojo es en el tipo de personas que se buscan. Se necesitan personas con el mismo nivel de compromiso e interés. Muchas veces caemos en esperar de los demás lo que no tienen para dar y además simplemente no sabemos o no queremos leer las señales. Es verdad que a veces las señales son confusas, que tienen un dejo de misterio muy difícil de interpretar porque son un da y quita que se esconde en actitudes ambiguas y disfraza mensajes que dejan la puerta entreabierta (no la quiero abrir, pero tampoco tengo intención de cerrarla) ¿Cómo se interpreta eso?
Lo más grave es que un casi algo se vive como un duelo, pero de manera intermitente porque aceptar la indiferencia marca por un lado necedad y por otro conformismo con las migajas del poco compromiso. La intermitencia viene cuando decides seguir tu vida y dejarlo fluir… Me voy, pero no me quiero ir y ahí es cuando las alarmas se le encienden al otro y da un paso hacia adelante por miedo a perderte, pero aquí la pregunta que viene es… ¿En serio hay que tener la intención de irse para ser visto y valorado?, ¿es necesaria la indiferencia para darse cuenta?, ¿cómo se hace? Si aparentemente hay interés de ambos lados ¿Por qué no dejar las cosas en claro?, ¿cuál es el juego?
Aquí regreso al problema de la interpretación porque por un lado las señales que para él son muy claras, tú no las entiendes tan claramente y por otro quedarte solamente por el buen rato de la compañía, por la amistad que los une o los amigos en común tampoco hace sentido si ya tienes en la cabeza la intención de irte. Déjame decirte que de esa intención, él tampoco se entera hasta que estás firme y no hay vuelta atrás. Quiero que te quedes, pero no tan cerca; quiero que te vayas, pero no tan lejos ¿Entonces...?
¡Qué difíciles son las relaciones humanas! Que complicado encontrar afinidad y entendimiento con alguien para lograr empezar a construir un amor bonito. Y claro que siempre ha sido difícil, pero es que ahora además de todo lo que implica, hay que interpretar hasta los mensajes de whatsapp, hay que estar pendientes de las reacciones en instagram que también dan un claro mensaje ¡Qué agotador!
La dinámica se vuelve: Te invito, pero no vamos juntos; salimos, pero pagamos los dos; vamos, pero nos encontramos allá ¿Dónde está la línea entre el cortejo y somos los mismos amigos de siempre?, ¿cómo se lee? El interés se demuestra con actitud y también con palabras, la intención se enseña y cuando realmente te gusta alguien no lo puedes ocultar por tanto tiempo antes de que uno se canse y decida ver para otro lado. Todos hemos caído, todos hemos esperado sin ser correspondidos alguna vez y caer en el juego de los mensajes ambiguos resulta un volado porque habrá a quien le resulte fantástica la estrategia y tenga un final feliz, pero para otros muchos, se convierte en una tortura con el tiempo mal invertido.
Entiendo que cualquier relación, al final siempre va a ser un juego de azar. En una pareja, siempre son dos personas desconocidas que se encuentran para intentar construir una forma común, son personas que en el mejor de los casos tienen educación, valores y principios similares para por lo menos marcar un punto de partida con mejores probabilidades de tener éxito; pero cada uno trae un bagaje distinto, vivencias, formas, ejemplo y estrategias distintas para empezar y conservar una relación sin miedo. Encontrar el punto medio es el reto.
Arriesgarse siempre da miedo es verdad, pero no podemos saber si ese alguien será la persona adecuada sin asumir un riesgo, riesgo a que no funcione, a salir con el corazón roto, a perder una amistad o a perder el tiempo. La realidad es que solo lo puedes saber intentándolo y sólo lo puedes intentar si hay intención de las dos partes… Volvemos al principio, seguimos parados en el casi algo.
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