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Foto del escritorMónica Cué

HÁBLATE BONITO, MÍRATE BONITO Y ELEVA TU VALOR.

¡Compararte te destruye, valorarte te eleva!

Empecemos por entender que el cuerpo y la mente que tengo hoy es la que me va a acompañar el resto de los días que me quedan. Lo que yo decida hacer por este cuerpo y por esta mente lo que marcará la pauta hacia mi bienestar. Entonces, dicho esto, hoy mi decisión ha sido convertirme en mi mejor amiga, en esa persona con quien disfruto estar, con quien me lo paso bien y decido así nutrirme en todos los sentidos, cultivar mi mente, cuidar mi cuerpo, tratar de entender y gestionar mis emociones y desde ahí, consentirme y crecer. Decido frenar y vivir más despacito.


Te hago la invitación a hacer lo mismo, a convertirte en tu persona favorita, así que empieza por prepararte una comida deliciosa, un súper café, tomate tu mejor vino, llevate a los lugares que siempre has querido ir, mímate, dedícate tiempo, háblate bonito y conviértete en esa persona que te cae bien, con quien lo pases bien, agradece y disfruta de tu propia compañía.


El primer paso es dejar de sabotearte, deja de inventarte una realidad que no existe y que dista mucho de lo que en verdad es, muchas veces es tan obvio, que obviamos el hecho ser dueños de nuestros pensamientos, pero son estos los mismos que nos limitan a ser o hacer; los que nos limitan las creencias, la conducta, las capacidades que creemos no tener, las oportunidades que dejamos pasar, los miedos que permitimos nos paralicen e impidan avanzar, simplemente perdemos gracias a nuestros pensamientos limitantes la oportunidad de explorar nuestra vida, sentimos que no tenemos el derecho de merecimiento y somos nosotros nuestro más grande impedimento.


Además de tener repercusiones en nuestro ser y estar diario ante la vida, la actitud y la percepción que tengamos de nosotros mismos va a ser crucial también en nuestro proceso de envejecimiento, si nosotros no nos percibimos joviales, valiosos, bonitos y nos aceptamos tal cual cómo somos, entonces de nada sirve leer remedios, ponernos todas las cremas o hacernos mil cirugías para vernos así. El espíritu será el mismo. ¡No hay magia! El secreto está en nosotros, en nuestra percepción, e independientemente de que el proceso de envejecimiento siga su curso, la mente es muy poderosa y con nuestra actitud y la auto percepción podemos dar un paso hacia adelante.


Mirarnos bonito a veces parece algo dado, pero la realidad es que cuando estamos frente al espejo, somos los primeros en encontrar antes que nada y que nadie, los defectos sobre las cualidades, lo que antes no estaba ahí, lo que ha cambiado y lo que se ha transformado, lo que no me gusta y que ahora encuentro; pero es triste, porque seguramente si le pedimos a alguien cercano que nos describa, lo hará de una forma mucho más amorosa que lo que lo hacemos nosotros mismos. ¿por qué cuando alguien cercano necesita ayuda somos los primeros en brindar aliento; pero cuando somos nosotros quienes nos encontramos ahí, entonces somos los primeros en hundirnos? Y ahí es donde entra el háblate bonito.


Entonces, crea una red de personas de valor empezando contigo, vuélvete esa primera persona de valor en tu lista y ve llenandola de personas que te sumen, que compartan ese valor y lo eleven, personas con las que te da gusto estar, con las que te sientas querido, apoyado, con las que puedas ser tú de forma transparente y auténtica, con quienes tengas reciprocidad y retroalimentación; pero no te sientas mal por restar a quienes te jalan hacia atrás, esas personas que no se alegran porque avances y son ellos mismos los primeros estancados. Eso se siente y alejar a alguien de tu vida, no quiere decir que el cariño desaparezca, simplemente se trata de poner límites sanos y vivir en paz, de pasar aduana de personas para quedarte únicamente con las que te aporten valor, y de igual manera con quienes valoren tu presencia en su vida.


Finalmente, preocúpate por tus propias creencias y no por lo que los demás dictan. Lo que otros dicen, no tiene ningún valor a menos que yo lo interprete como verdad y entonces sí que se hace realidad por que yo le dí ese poder y reduce mi escala valor, yo mismo estoy permitiendo que cobre importancia.


"Y a todo esto viene el mírate bonito. Tú eres tan valioso como tú mismo te miras, no importa si los demás lo notan o no, ese se convierte en el problema de los demás. Tú vales independientemente de lo que los demás perciben; tu valor no depende de otros, sino de cómo te miras tú".


Al elevar mi nivel de valor, me doy cuenta que todo está conectado, que ahora estoy más clara, tranquila, más ilusionada, sana y resiliente. Aunque también entiendo que elevar mi valor implica tomar decisiones y acciones que me enfrentan a la valentía de no ser popular por defender lo correcto y decir lo que pienso, por actuar congruentemente sin traicionar mis valores. La congruencia no siempre es bienvenida, no siempre es popular y no siempre es bien aceptada. Personalmente, es un valor que defiendo y promuevo incansablemente, la congruencia me parece fundamental para encontrar esa claridad de pensamiento, pero también para encontrar auténtica armonía en mi vida empezando por apreciar de dónde vengo, valorar donde hoy estoy y hacia dónde voy desde mi propia perspectiva, sin traicionar mis principios y respetando en esa transparencia mi pensar, mi ser, actuar y decir de forma auténtica sin intentar cambiar con afán de pertenecer o ser aceptado.


Desde mi perspectiva, compararte te destruye, valorarte te eleva. Así que deja de perder el tiempo sintiéndote inadecuado y boicoteandote. ¡Háblate bonito, mírate bonito y eleva tu valor!


©Mónica Cué



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